La Asociación de Vecinos Valle de Esmelle cerró ayer un intenso verano de programación cultural con la Romaría Castrexa, una cita que cumplió ya trece años de vida y en la que una vez más se dieron cita numerosos vecinos y foráneos para disfrutar de este peculiar viaje al pasado.
Durante toda la jornada, desde las 12.30 horas, estuvieron a la venta diferentes productos, especialmente de artesanía, y muchos de los participantes en la fiesta se ataviaron para la ocasión recreando las vestimentas de la época. La música la pusieron los grupos folk Zoadeira y Chiculate y el pregón corrió a cargo de responsables de la asociación Néboa. Los Xogos do Paporroibo, talleres de artesanía y tiro con arco y, cómo no, una comida a base de churrasco, criollos y cachelos completaron el programa elaborado para esta edición, que se vio favorecida por el buen tiempo. n