Solo 840 de las 1.006 viviendas de Recimil cuentan con alquileres regularizados

Solo 840 de las 1.006 viviendas de Recimil cuentan con alquileres regularizados
La calle Dez de Marzal será la primera en la que se intervenga | jorge meis

El parque municipal de viviendas de Recimil dispone de 1.006 pisos que se encuentran en situaciones muy diversas y, sobre todo, cambiantes, de estas 840 están alquiladas de forma regular, con rentas, eso sí, muy diversas, que van desde los cinco euros a los 250.
Además, 102 viviendas se encuentran “en estudio”, es decir, algunas están vacías, otras con ocupaciones irregulares, tapiadas, pendientes de intervención de algún tipo –estas serán las que se promoverán en alquiler tanto social como para diferentes colectivos de ciudadanos, fomentando la diversidad del barrio; 26 han sido adjudicadas en el anterior mandato como viviendas sociales y 38 figuran como “sin datos”.
Esta información, junto a otra correspondiente al ámbito urbanístico o de obras, a la seguridad o a los servicios, ha sido volcada en una primera fase del plan sociocomunitario del barrio, en el que está trabajando el gobierno local y que ayer se dio a conocer por parte de las ediles de Urbanismo, María Fernández, y Benestar Social, Saínza Ruíz.
El trabajo para la elaboración de este plan se puso en marcha el pasado mes de octubre, con reuniones quincenales, con el fin de avanzar en el diseño del plan, recopilando datos y volcándolos en un plano en el que quedan reflejados, con solo pinchar en cada piso, las características de cada vivienda desde los distintos ámbitos sociales y urbanísticos.
Esta información se pretende que sirva de base para cualquier intervención posterior y, como explicó la concejala de Benestar Social, lo importante es que se ha hecho con carácter multidisciplinar, por lo que quedan implicadas todas las áreas de gobierno que han estado trabajando en red, lo que supone una diferencia con los planes más sociales que había hasta el momento. De todos modos, también se han mantenido, indicó Ruíz, reuniones con las entidades que operan en el barrio como Acción Familiar, Secretariado Gitano, trabajadora social del ambulatorio, unidad básica social de la Casa Solidaria y se han llevado a cabo actividades en el barrio “para poñer ás persoas no centro do traballo, diversificando”.
Como explicó la responsable de Urbanismo, María Fernández, el plan de trabajo tendrá dos fases, la de diagnosis, en la que se está trabajando, y la de ejecución, en busca de objetivos como “a rexeneración e recuperación do patrimonio edificado, a fixación de estratexias que melloren a calidade de vida dos veciños e o desenvolvemento de liñas de actuación para mellorar a calidade de vida”.

Pasos dados
Hasta el momento, como explicó la edil se estuvo trabajando en la recopilación de datos a través de un equipo multidisciplinar para sacar las conclusiones del estado de las viviendas y el número de ocupaciones legales o irregulares y recogido, además, información sobre el estado de las viviendas, de lo que se extrajeron datos sobre la presencia de humedades, xilófagos en las estructuras de cubiertas, etc. con el fin de acometer intervenciones como las previstas ahora con cargo a las ayudas de las ARRUs. Se actuará las viviendas de diez portales en dos bloques de las calles Dez de Marzal y Narón, que son las que presentan un peor estado y necesitan una intervención más urgente.
La intención del ejecutivo local es acondicionar 30 viviendas para destinarlas a usuarios de Benestar Social, además de las 26 que ya fueron entregadas, actualizando el censo de la lista de espera del proceso que, recordó la responsable del área, Saínza Ruíz, comenzó en 2010, por lo que la situación de los peticionarios ha ido cambiando.
Lo primero será comprobar el estado de las 26 viviendas sociales –ocupación real y estado de habitabilidad– y de las 30 que se quieren destinar a este fin –habrá que baremar en torno a 65 familias que se encuentran en lista de espera, para ver si su situación es la misma que cuando entraron a formar parte de ella–.
La idea es redactar una nuevas bases no solo para los usuarios de los servicios sociales, sino que se incorporen otras opciones de adjudicación de viviendas a sectores de la población como mayores de 65 años, universitarios, familias con menores, diversidad funcional, etc, con el objetivo de “procurar un barrio cohesionado e equilibrado para unha convivencia interxeracional”.
La renta de alquileres que tendrían que abandonar se establecería según el nivel de ingresos de los inquilinos.
La concejala de Urbanismo destacó la necesidad de colaboración con otras administraciones en la consecución de fondos para este barrio, señalando que este mismo año se recibirán 700.000 euros tras la declaración de Recimil como Área de Rehabilitación Integral, además de los fondos de la estrategia DUSI, ayudas de la Diputación para la reparación de cubiertas, la puesta en marcha del programa Caixa Pró-Infancia o la búsqueda de otras subvenciones en proyectos europeos como el programa de ayudas para la rehabilitación energética de edificios existentes”, –programa Pareer–. al que se presentará una propuesta por parte del Concello en busca de financiación externa.

Solo 840 de las 1.006 viviendas de Recimil cuentan con alquileres regularizados

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