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jueves | 25 abril | 2024
La Sociedade Galega de Historia Natural ha expulsado a Juan Ignacio Díaz Dasilva, uno de los activistas más conocidos de la entidad y coordinador de la sección de Mamíferos Marinos durante los últimos 26 años. La decisión se tomó en una asamblea celebrada en Santiago con 91 votos a favor y 26 en contra, según explicó la dirección de la entidad, y obedece a incumplimientos estatutarios, aunque también se acusa a Díaz Dasilva de haber proferido insultos, incluso por escrito, contra algunos socios y directivos. Este, por su parte, niega los insultos y apunta que los supuestos incumplimientos de estatutos en los que se basa la expulsión son simplemente interpretaciones diferentes que se utilizan para “sacarme de en medio porque resulto molesto”.
Los responsables de la Sociedade Galega de Historia Natural argumentan que Díaz Dasilva incumplió varios apartados del artículo 29 de los estatutos, que aluden a la necesidad de trabajar siempre en favor de la SGHN y de cumplir los acuerdos adoptados. En concreto lo acusan de hacer uso de la parte exterior de las instalaciones del cuartel Sánchez Aguilera –en el que tiene su sede la entidad– cuando la sociedad no dispone de la cesión de estos terrenos. Los avisos en este sentido no surtieron efecto, apuntan.
Díaz Dasilva ofrece una versión diferente. Considera que en el fondo de la decisión tomada sobre su expulsión –que se adoptó, asegura, con votos delegados “alguno de los cuales seguro que ni me conoce”– subyace el de- sacuerdo expresado en varias ocasiones con la gestión del museo. “Yo soy un ecologista clásico”, apunta, para insistir en su vocación al servicio de la naturaleza y oponerla a otros intereses “políticos”. En este sentido recuerda que en la presentación del esqueleto de ballena gigante de la SGHN se dio todo el protagonismo al entonces presidente de la Diputación cuando el montaje de esa osamenta –en la que participó activamente el propio Díaz Dasilva– fue un trabajo que contó con la colaboración de gran cantidad de voluntarios e instituciones que se volcaron para que la entidad pudiera disponer de este atractivo.
reivindicaciones
El ahora expulsado recuerda que el museo ni siquiera tiene tal reconocimiento oficial, sino que se trata de una permanente reivindicación, como lo es también disponer de los jardines y espacios exteriores de cuyo uso se le acusa ahora. Precisamente esta zona se utilizó en varias ocasiones para albergar a los animales marinos heridos o enfermos recogidos en diferentes zonas de Galicia y que pasaron su período de recuperación en Ferrol, ya que Díaz Dasilva pertenece a la Coordinadora para o Estudio dos Mamíferos Mariños (Cemma), que se ocupa de estos temas. El afectado insiste en que el uso de estas partes del antiguo Sánchez Aguilera era conocido incluso por el Concello y, por tanto, no es un argumento para su expulsión.
Díaz Dasilva señala que la actual dirección no tolera las discrepancias y que por este motivo lo expulsó primero de la comisión del museo –asegura que lo que se pretende es cambiar el modelo de gestión– y después de la propia entidad.
Precisamente su último trabajo fue el montaje de la emblemática ballena, que ha acabado, dice, por “tragarme, como a Jonás, mientras otros quieren cabalgar a lomos de ella”.
