Reportaje | La inclusión como línea de trabajo

Reportaje | La inclusión como línea de trabajo
David Montero trabajador Brico Depot de COGAMI

La Confederación Gallega de Persoas con Discapacidade (Cogami) inició el pasado mes de enero en su delegación ferrolana (Sánchez Calviño, 56-58) el programa “Poises”, un plan de empleo y formación que forma parte del Operativo de Inclusión Social Economía Social 2014-2020 y que está financiado por la Fundación Once y el Fondo Social Europeo. Junto con la ciudad naval, también se está llevando a cabo en Ourense y, aunque se marcaron un mínimo de 30 beneficiados en total, solo aquí ya se está trabajando con 26 personas, 15 mujeres y 11 hombres pertenecientes a los concellos de Narón, Fene, Neda, San Sadurniño, Valdoviño y el propio Ferrol.
“Lo que estamos haciendo es una difusión del programa, la selección de participantes y, a partir de ahí,
empezamos a hacer itinerarios de inserción con cada uno de ellos en función de las necesidades. Había gente que ya estaba de cara a la inclusión laboral y que tardaron una semana en encontrar trabajo y hay otras personas con las que llevamos a cabo otro tipo de actividades como una búsqueda más pormenorizada, formación en competencias o los derivamos a cualquier actividad formativa tanto en nuestra entidad como de otras del entorno”, indica la técnica de empleo de Cogami, Yolanda Grandal.

De los 26 participantes se dieron, hasta el momento, ocho inserciones de las cuales cinco continúan hoy en activo –las otras tres finalizaron por tratarse de contratos temporales o que, debido a circunstancias excepcionales, tuvieron que adelantar su cese– pero que siguen siendo susceptibles de insertarse; “la idea es que encuentren un trabajo estable”, indica Grandal. De las personas que actualmente se encuentran trabajando gracias a este programa, dos de ellas no tienen fecha de finalización y los otros tienen contrato de un año con posibilidad de renovación por lo que las estadísticas señalan buenos resultados para el plan.
“Probablemente sea imposible insertar a todos pero contamos con que más de la mitad lo hagan. Es gente que está en búsqueda activa de empleo y muchos de ellos tienen una serie de circunstancias alrededor que no les benefician, como la zona en la que viven o que no tienen coche, así que tenemos que movernos en su entorno para buscar ofertas que se adecuen a su perfil, no solo laboral, sino también personal”, indica la técnica de empleo de Cogami, al mismo tiempo que asegura que ya hay varias previsiones de inicio de contratos para el mes que viene pero que todavía no están cerradas.

El programa tiene una duración de seis meses –terminará el 30 de junio– y si durante este tiempo los participantes (todos cuentan con certificado de discapacidad o incapacidad laboral, tienen edades comprendidas entre los 30 y 57 años y forman parte de la bolsa de empleo de Cogami) no logran conseguir trabajo, “por lo menos lograr que queden capacitados para que, de forma autónoma, puedan seguir buscando por su cuenta, enseñarles como se hace una inscripción en una web de empleo, en una ETT, como sacar las solicitudes, como presentarse a las pruebas, hacer acompañamiento si es necesario a realizar esas gestiones, preparar las entrevistas de trabajo, darles indicaciones de cómo actuar ya sea a nivel de lenguaje corporal o a nivel de qué decir o no decir en una entrevista, cómo tratar el tema de la discapacidad...”, comenta Yolanda Grandal.

Hay dos formas de conseguir entrar en contacto con una empresa, ya sea a través de su acercamiento –bien por procesos anteriores o porque otra empresa les pasó el contacto– o de la prospección laboral que realiza Cogami por la zona, donde se explican las bonificaciones y subvenciones por la contratación de una persona con discapacidad. Para este proceso no es necesario establecer un convenio aunque, tal y como indica la técnica de empleo, hay empresas como Brico Depôt con la que firmaron un acuerdo de prácticas a finales del pasado año.
Lo que diferencia a “Poises” de otros tipo de programa de empleo y formación es el tiempo de dedicación que tiene Cogami para atender a cada usuario, ya que durante todo el año se trabaja con 500 o 600 personas divididas por concellos. “Yo tengo contacto semanal con los 26 y el 1 de julio, cuando ya esté finalizado el plan, mis compañeras seguirán haciéndoles un seguimiento hasta el 31 de diciembre para comprobar su situación”, explica.

Con prácticas como esta, desde Cogami constatan la evolución de las empresas a la hora de contratar a gente con discapacidad; “se ve una diferencia con respecto a años atrás porque ahora hay mucho más conocimiento sobre el tema. Al principio no era fácil llegar a las empresas porque cuando les explicabas lo que era la discapacidad todo el mundo tenía miedo, sobre todo con el tema de las bajas y el rendimiento, pero sí que es verdad que ahora hay una mentalidad más abierta y están cada vez más concienciadas socialmente sobre la inserción de nuestro colectivo”, asegura Yolanda Grandal.

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