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domingo | 5 mayo | 2024
La cúpula nacional de Podemos ha vuelvo a agitar el debate sobre el contrato de las corbetas saudíes que podría firmar Navantia en los próximos meses y que afectaría a las factorías de Ferrol y de Cádiz.
El secretario general del partido morado, Pablo Iglesias, pidió tras los atentados de Barcelona y Cambrils una revisión de las relaciones empresariales con Arabia Saudí y Qatar por ser dos países desde los que se alimenta el yihadismo, al tiempo que criticó las relaciones de la monarquía española con la saudí, que “perjudican la imagen internacional de España y ofenden la ciudadanía”.
Iglesias pidió al PP y a sus aliados que “asuman qué es Arabia Saudí”. A su juicio, el compromiso de estos partidos con ciertos sectores empresariales “pesan demasiado y les hacen desatender la responsabilidad de Estado”.
Carga de trabajo
Unas palabras que no han tenido una buena acogida entre los empleados de las factorías del astillero público, quienes han reprochado a Iglesias que está jugando con el futuro de miles de familias que viven de la construcción naval, tanto en la bahía gaditana como en la ría de Ferrol.
El encargo de estas cinco corbetas, valorado en unos 2.000 millones de euros, sería una de las mayores obras realizadas por Navantia en un país extranjero y garantizaría ocupación para cinco años en ambas factorías, aunque en el caso de ferrolana, condicionada por la carga de trabajo con los AOR australianos y la puesta en marcha del programa de las fragatas F-110.
El comité de empresa de la zona de la Bahía se ha mostrado especialmente beligerante frente a esta nueva oposición de Podemos. Su presidente, Jesús Peralta, señaló que estas declaraciones “apestan un poco, porque ya llevan más de dos años con estos mensajes que no contribuyen para nada al empleo” en zonas tan deprimidas como Cádiz o Ferrol. “Si siguiéramos sus directrices, nos moriríamos todos de hambre”, indicó el representante sindical.
Tanto desde el gobierno central como desde la cúpula de la SEPI y de Navantia han asegurado que el objetivo es que se culminé cuanto antes la rúbrica de un contrato “que ya está hecho”, pero que depende únicamente de la decisión del país contratante. l
