La planta pontesa de Delagro prevé facturar 24 millones de euros este año

Un acto infrecuente en los últimos tiempos, como es la inauguración de una planta industrial, se quedó ayer sin la presencia de autoridades a causa del luto oficial. Unas doscientas personas acudieron pese a ello a conocer las nuevas instalaciones de Delagro, una cooperativa de cooperativas agroganaderas que ha situado en As Pontes un importante centro logístico y de fabricación de fertilizantes.

Delagro ha invertido 5,8 millones en la puesta en marcha de la planta, un proyecto que se ha desarrollado incluso con más celeridad de lo esperado. El director general de Delagro, Carlos Castro, explicó ayer que el complejo se terminó cuatro meses antes de lo previsto, lo que hizo que comenzase a funcionar ya en 2014, con una facturación de 9,5 millones que prevén incrementar en este ejercicio 2015 a casi 24. Arranca ahora la temporada “alta” para una empresa que vende fertilizantes y otros productos a agricultores y ganaderos de todo el norte de España y Portugal. La plantilla, de 14 trabajadores fijos, se incrementa en la campaña de primavera con entre 30 y 35 empleados más para atender la demanda existente.

Delagro es una cooperativa de segundo grado que agrupa a más de 38 cooperativas de Asturias, Cantabria y Galicia con más de 27.000 asociados. La facturación de sus socios supera los 448 millones de euros y la de Delagro, los 174.

Fertilizantes

La actividad de la planta de As Pontes, que Delagro ha bautizado con el nombre de “centro multidisciplinar”, abarca dos actividades fundamentales. Por un lado la fabricación de fertilizantes, de los que se esperan vender en este año 2015 más de 33.000 toneladas. La empresa trabaja con la mayor central de abonos del mundo, Yara, cuyo producto envasa y vende directamente. Además, fabrica sus propios fertilizantes “a la carta”. Esta es una línea de actividad fruto de un proyecto de investigación desarrollado con el departamento de Edafología de la Escuela Politécnica Superior de Lugo, el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo y el Centro de Información y Formación Agraria. En el marco de ese proyecto se analizaron los suelos de Galicia, Cantabria y Asturias, las tres comunidades de mayor implantación de la empresa, y se diseñaron los abonos más adecuados a cada zona.

Además de la nave para los fertilizantes, de 6.000 metros cuadrados, Delagro tiene en As Pontes un edificio de logística, con 3.300 metros cuadrados para el almacenaje de todo tipo de productos complementarios que sirven tanto a su propia red de tiendas, con 110 establecimientos, como a las cooperativas agrarias.

En la jornada de ayer, el presidente del Consejo Rector de Delagro, Javier Taboada, celebró que la planta pontesa represente el cumplimiento de “una antigua aspiración de los socios”. Recordó que la idea de crear una fábrica propia venía de 1987, aunque el proyecto dio el pistoletazo de salida en 2012. “Se trata de un gran éxito de la economía cooperativa, ya que unir nuestras fuerzas nos ha dado la posibilidad de competir y proponernos metas más ambiciosas, que de manera individual habrían sido inalcanzables”, señaló. Los responsables de Delagro agradecieron ayer las facilidades que encontraron, por parte de la administración local, para implantarse en As Pontes, un municipio que reunía todas las condiciones exigidas por su localización, cerca del epicentro de la actividad de la empresa, y próximo al puerto, por el que la planta recibe materias primas.