La obra australiana a la que opta Navantia permitirá emplear a operarios extranjeros

La obra australiana a la que opta Navantia  permitirá emplear a operarios extranjeros

El astillero australiano Austal denunció ayer públicamente lo que considera una afrenta hacia la industria naval del país tras conocerse que el gobierno oceánico sí podría permitir el uso de mano de obra foránea para el multimillonario programa SEA 5000, al que concurren Navantia, la británica BAE Systems y la italiana Fincatieri. 
Esta información, revelada por el medio local The Advertiser, vendría a contradecir la promesa del gobierno australiano de dotar de toda la soberanía posible a la industria naval del país, tal y como se aprobó en un documento parlamentario el pasado año.
El director ejecutivo de Austal, David Singleton dijo ayer que su compañía, uno de los dos únicos astilleros australianos junto con ASC, se encontraba “muy alarmada” por estos informes del ministerio de Defensa que permitirían a cualquiera de las tres compañías europeas que pujan por el contrato de diseño para las fragatas,  gestionar también la fabricación de los barcos en Adelaide.
“Si los informes son ciertos,  parece que el departamento de Defensa no solo prefiere un diseño extranjero para los barcos que construimos en Australia, sino también que sean las compañías foráneas las que se encarguen de su construcción durante los próximos 30 o 40 años”, afirmó el responsable de Austal. 

3.000 empleos
En el documento filtrado –que fue requerido a principios de año por ambos astilleros sin obtener una respuesta del gobierno– se explicita que “la compañía ganadora podrá utilizar mano de obra de cualquier lugar del mundo” y, en particular, señala que “la Commonwealth no requerirá necesariamente el uso de los trabajadores del astillero ASC”
El ministro de Industria para la Defensa, Christopher Pyne no desmintió ayer estas informaciones, pero salió al paso asegurando que contarán para esta enorme obra con todos los trabajadores de los astilleros ubicados en Adelaida, a los cuales calificó como “los más experimentados del país”. Además, Pyne señaló que la enorme demanda de trabajadores que requerirá este programa inevitablemente beneficiará a la industria auxiliar naval del país.
El ministro afirmó que “los sindicatos son los responsables de que el gobierno no haya podido obligar en ese contrato a utilizar mano de obra australiana, pues hubieran puesto contra las cuerdas a estas compañías europeas”.
Aunque en fechas pasadas tanto fuentes de Navantia como de BAE Systems se habían pronunciado al respecto de este asunto afirmando que las condiciones del contrato exigían el uso de operarios locales, este nuevo escenario podría aportar un aliciente extra al megacontrato de más de 25.000 millones de euros. 
Y es que las estimaciones de empleabilidad de este encargo, que incluye la construcción de nueve fragatas, se cifran por encima de los 3.000 operarios durante los próximos siete u ocho años. Unos empleos que esperaban repartirse entre Austal y ASC,  quienes formaron una UTE para ofertarse a la empresa ganadora del programa para el proceso de fabricación, pero que ahora podrían verse fuera del proceso, dejando la construcción de las fragatas a criterio de Navantia, BAE Systems y Fincatieri.

Acuerdo tácito
Sin embargo, todo parece indicar que los contendientes mantendrán el compromiso tácito  que asumieron de emplear a los trabajadores de los astilleros ASC en este programa SEA 5000.
Donato Martínez, responsable de Navantia Australia, explicó que el astillero público español “ya ha tenido experiencias satisfactorias con los operarios locales” y que no ve la necesidad de cambiar. El mismo discurso que el empleado por los directores de BAE Systems en Australia, quienes hace una semana comparecieron públicamente para ratificar su compromiso de usar mano de obra local. l

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