“No hay respeto por el mundo del libro, y así es imposible seguir”

“No hay respeto por el mundo del libro, y así es imposible seguir”
Libreria Quijote Cerrada

Segundos antes de mantener esta charla, los exdiputados Xosé Díaz y Paco Rodríguez se despiden de José Luis Santalla: “Quedamos orfos, agora teremos que ir a Santiago”. 
La librería Quijote, que fundó y regentó Santalla desde 1967 cerró el pasado fin de semana. Una pésima noticia para los amantes de la buena literatura en Ferrol y para el oficio de librero no como un simple vendedor, sino como referente y estímulo humanista. Inspirado en el también librero argentino Isidoro Blastein –cuyo libro es el único que figura en el escaparate–, en un cartel puede leerse “Cerrado por melancolía”. Lo acompaña en los laterales un poema del romántico William Wordsworth, cuya sola belleza merece una visita a la ya ex librería.        

¿Por qué lo deja? 
Estoy muy cansado. Ya tengo 70 años y esto no compensa. El Estado no ayuda, en vez de mimar el mundo del libro, que es el de la cultura, los impuestos cada vez son mayores y las instituciones miran para otro lado. No hay respeto por lo que suponen los libros.

Son 47 años de trabajo, casi llega al medio siglo.
Sí, pero cerré oficialmente el día 31 porque no se podía seguir más. No me importa no cumplir las bodas de oro. Continuar sería perder dinero.

El cierre de su local, con la manera de entender la relación con los lectores, parece simbólico de estos tiempos.
Sí, da la impresión de que los espacios que seleccionan una buena literatura se acaban. Aquí se estableció un vínculo cultural y los clientes, que lo eran, también eran amigos, incluso entre ellos. Algunos se hicieron aquí, a través de su amor por la buena literatura.

¿Este final habla más de la situación de la ciudad o de la del mundo del libro?
La ciudad no está bien, pero creo que es un síntoma de que el modelo de la librería tradicional, de mediadores con los lectores, está desapareciendo. Ahí están las superficies comerciales, los libros electrónicos y su accesibilidad. Es muy difícil seguir así.

¿Qué será de esta enorme biblioteca que todavía tiene en la librería?
Una parte se devuelve a las editoriales, otra se saldó durate el mes de agosto y con otra me quedaré yo, ahora que voy a tener más tiempo libre para leer.

No le faltarán anécdotas a lo largo de los años.
De todo tipo. Pero me hacía gracia que entre los clientes o amigos se tiene dicho delante de mí que no se debía regalar un libro, porque  obligaba al que lo recibía a hacerle de nuevo otro regalo al primero. Yo intervenía para decir que no pasaba nada, que era una bonita costumbre... n

“No hay respeto por el mundo del libro, y así es imposible seguir”

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