9º-13º
viernes | 26 abril | 2024
Los jóvenes Carlos Pérez Romeu, de 27 años, y Andrés Filgueiras Sanesteban, de 22, recibieron sepultura ayer por la tarde entre grandes muestras de dolor. Fallecieron en la noche del pasado viernes cuando el turismo en el que se circulaban de Villadonelle a O Roxal, en Neda, se salió de la calzada por la izquierda y se precipitó por un terraplén, empotrándose contra un árbol.
La capilla ardiente se instaló en salas colindantes del tanatorio Artabria de A Gándara y los entierros se programaron con cerca de dos horas de diferencia, a fin de que la gente pudiera acudir a ambos.
Los entierros fueron a diferentes horas para que la gente pudiera acudir a los dos
El cortejo fúnebre con los restos mortales de Carlos, que vivía en San Marcos (Fene) partió a las 15.15 horas del tanatorio en dirección a As Pontes, donde fue sepultado en el cementerio de Os Alimpadoiros.
A las cinco salió del mismo lugar el féretro de Andrés, que fue enterrado en el camposanto de Viladonelle, parroquia nedense de la que era vecino.
En los dos sepelios se vivieron escenas de gran dolor, protagonizadas principalmente por las familias de ambos jóvenes, pero también por los muchos amigos que tenían y que los acompañaron en todo momento durante el velatorio y a la hora de la última despedida.
Como ya se informó el pasado sábado, las dos víctimas viajaban en un turismo Peugeot 206 que les había prestado un compañero. Las muertes fueron debidas al impacto que ambos recibieron en la cabeza cuando el techo del coche se empotró contra un árbol.
La tragedia fue descubierta por otro amigo que circulaba delante de ellos en una moto y, al comprobar que no llegaban al destino, volvió en su búsqueda, localizando el vehículo en un terraplén, en el monte, a un kilómetro del núcleo poblacional de O Roxal.
