Más de dos mil personas reclaman en A Coruña un convenio “justo” para el sector del metal

Más de dos mil personas reclaman en A Coruña un convenio “justo” para el sector del metal
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El sector del metal de la provincia de A Coruña, incluidos los afectados de la comarca de Ferrol que partieron en autobús desde A Gándara, marcharon ayer por las calles de la ciudad herculina en una gran manifestación, coincidiendo con la séptima jornada de huelga por el bloqueo de la negociación del convenio colectivo.
Cientos de personas –unas 2.000, según la Policía– secundaron la manifestación convocada por los sindicatos CCOO, UGT y CIG, que exigen medidas para combatir la “precariedad”, como límites a las empresas de trabajo temporal (ETT) y a las mutuas, así como la subrogación del empleo.
El secretario de la federación de Industria de CCOO, Víctor Lado, dijo no entender el motivo por el cual la patronal seguía “enquistada”, cuando las reivindicaciones no suponen un gasto salarial importante para la patronal.
Tras calificar como un “éxito” la jornada de huelga señaló que mantendrán vivas sus demandas y que dejan para el mes de septiembre el incremento de las medidas de presión si la patronal no se aviene a negociar.
Para los sindicatos, la jornada de huelga fue “un éxito total”, ya que se ven “capaces de consolidarla” e incluso “incrementar” el número de trabajadores adheridos, en palabras del portavoz de CIG-Industria en esta zona, Eduardo Caamaño.
En cuanto al seguimiento de los paros, el representante de la CIG indicó que los concesionarios situados en Perillo “cerraron todos” y en el resto de empresas el paro alcanzó el 90%. “Donde tenemos representación está siendo un éxito absoluto”, afirmó.
“Si esto no cambia, tendremos que ampliar las movilizaciones y convocatorias de huelgas”, advirtió Caamaño, que adelanta que los tres sindicatos mantendrán una reunión para analizar otro posible calendario de protestas.
Y es que, según comentó Caamaño, las negociaciones con la patronal están “paralizadas” desde el último encuentro, el pasado 12 de julio. “No hay ningún tipo de contacto”, sostuvo.
Según recalcó, las líneas rojas en la negociación para la renovación del convenio se centran en “mejoras sociales” que pretenden combatir la precariedad: limitación del uso de ETT y de los “abusos” de las mutuas y subrogación del empleo, reiteró.  
Caamaño defendió que todos los piquetes realizados hasta ahora son informativos pero que algunos compañeros reciben “presiones” por parte de las empresas con “amenazas de despido”.
Las patronales –fontaneros, eléctricos, talleres de coche y siderurgia– dijeron hacer dos semanas que creían que el acuerdo estaba cerca y ahora ven que un único punto separa a las partes.
Mantuvieron que su postura es cercana a la de los sindicatos y son unos flecos los que no permiten el acuerdo, pero acusan a la representación social de no haber modificado su postura en meses.
Desde el principio de la huelga, las patronales cifran el seguimiento en torno al quince por ciento y dicen que los piquetes, en las últimas jornadas, han causado desperfectos.
Los trabajadores piden incluir en el nuevo convenio la subrogación de las subcontratas en todos los sectores, lo que implicaría que los trabajadores subcontratados no pierdan la antigüedad cuando siguen prestando sus servicios para la misma empresa, aunque con otro intermediario.
Otra de sus demandas está vinculada a los sueldos, que esperan que se actualicen con el IPC, aunque la patronal ofrece una subida de un 4,5% para cuatro años, que no llega al 1,6 por ciento de subida del IPC del año pasado.
Quieren además que se regulen las guardias, pues afirman que los que están en mantenimiento tienen el móvil siempre disponible, las veinticuatro horas, pero por convenio no tienen derecho a cobrar nada por ello. l

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