El Camino Inglés, tapiado en Ferrol Vello

El pasado mes de febrero, una nueva caída de cascotes en una vivienda del barrio de Ferrol Vello obligó al Concello a cortar la calle Carmen Curuxeiras por motivos de seguridad. Una elevada valla metálica impide desde entonces el paso a vehículos y peatones. Pero además la medida bloquea un tramo del Camino Inglés hacia Compostela.
A pocos metros de la salida desde la dársena de Curuxeiras, punto de partida en la ciudad de la mencionada ruta, los peregrinos se topan desde hace tres meses con un importante obstáculo que les obliga a desviarse del trayecto originario. El corte de la calle es todo una novedad para la práctica totalidad de los caminantes, pero no tanto para los residentes del barrio, que poco a poco ven cómo, a pesar de estar declarado Bien de Interés Cultural, el estado de conservación empeora a un ritmo alarmante.
A falta de iniciativas para atajar el avance del aspecto ruinoso que presentan algunas de las viviendas de Ferrol Vello, el gobierno local decidió atajar el problema con una medida tajante –con el tapiado de la calle Carmen Curuxeiras– y que, al menos, garantiza la seguridad de todas aquellas personas que transiten por el citado barrio.
El “muro” con que se topan los peregrinos es insalvable. No les impide continuar en su ruta hacia Compostela, a unos 110 kilómetros de la ciudad naval, pero trastoca un trazado que utilizaban los peregrinos desde el siglo XII, según apuntan algunos documentos. Es precisamente en el barrio donde los peregrinos pueden sellar, en la oficina de turismo, sus credenciales. La ruta continúa por las calles Espíritu Santo y San Francisco, también en Ferrol Vello y, por el momento, abiertas al paso.