Aunque oficialmente ya comenzaron a finales de febrero, con la señalización y marcaje, los trabajos de reurbanización de la calle Pardo Bajo, que pretende convertir este vial peatonal en una calle con las condiciones adecuadas para este uso y para la colocación de las terrazas de hostelería, no ha sido hasta ayer cuando se ha percibido el inicio de la obra.
La demolición del pavimento de la zona central de la calle deja inutilizado el vial durante los cinco meses –desde la firma del acta de replanteo del 24 de febrero– que está previsto que se prolongue la actuación.
Unas obras que afectan especialmente al sector de hostelería de la zona –la calle cuenta con numerosos bares y restaurantes, con terrazas–, que aunque conscientes de las pérdidas que pueden ocasionar los trabajos en Semana Santa, no han dudado en que se acelere el inicio de la obra para que no afecten al verano, cuando más se aprovecha la instalación de mesas y sillas en el exterior –el plazo de ejecución es de cinco meses y el presupuesto es de 524.643,euros–.
Así, a primera hora de la mañana de ayer las máquinas comenzaron a levantar adoquines en la zona central de la calle, en la parte más próxima a la plaza de las Angustias para, a lo largo de los días, avanzar hacia la plaza del Callao.
El alcalde, Ángel Mato, y el concejal de Urbanismo, Julián Reina, se desplazaron ayer hasta el lugar de las obras junto a técnicos municipales para interesarse por la planificación de los trabajos. En este sentido, Mato aludió a la necesidad de que la obra cumpla perfectamente los plazos previstos “co fin de causar os mínimos trastornos aos negocios de Pardo Baixo, xa que se trata, en moitos casos, de establecementos hostaleiros que dispoñen de terrazas”, indicó el regidor.
El responsable de las políticas urbanísticas del Concello, Julián Reina, explicó que la actuación que se está desarrollando en Pardo Bajo va a ser representativa del modelo de urbanización que quiere para Ferrol el ejecutivo.
Así, se busca humanizar espacios y conseguir “que a cidadanía poida tomar os espazos públicos, ademais de constituír unha ferramenta de dinamización económica”.
La nueva Pardo Bajo perderá su fisonomía de calle de tráfico rodado, ya que, aunque hace tiempo que es peatonal, no se ha hecho ninguna actuación como sí ha sucedido en viales como Galiano o Dolores cuando perdieron su uso rodado.
La nueva configuración será de un vial de plataforma única, sin aceras. El firme estará formado por losas de granito en lugar de adoquines, con el fin de que la superficie sea más cómoda y lisa.
Las piedras históricas serán aprovechadas para colocar en los márgenes y se renovarán los servicios, señalizándose las nuevas cometidas con argollas de latón.
La iluminación estará formada por luces en catenaria, siguiendo en modelo de las nuevas luminarias instaladas en el barrio de A Magdalena.
La calle peatonal contará, además, con especies arbóreas, 19 cerezos japoneses, lo que dará continuidad a la plaza del Callao, donde ya se pueden ver estos ejemplares.