La acusación particular en el juicio por el atropello mortal de Cedeira cambia su calificación a una posible imprudencia

La acusación particular en el juicio por el atropello mortal de Cedeira cambia su calificación a una posible imprudencia
Maximino Caruncho, durante una sesión en la Audiencia cabalar

El juicio por el atropello mortal de Cedeira ocurrido en 2012, que acabó con la vida de Juan José García Cheda y por el cual se ha encausado a Maximino Caruncho, celebrará hoy su última sesión.

En la jornada de ayer las partes expusieron sus informes y sus conclusiones definitivas, con alguna modificación de última hora. La Fiscalía elevó a definitivas sus conclusiones iniciales, por lo que mantiene la pena solicitada inicialmente de 21 años de prisión por un delito de asesinato para Maximino Caruncho, al entender que el atropello fue intencionado por la enemistad manifiesta y conocida en la villa que ambos tenían, con más de 80 denuncias interpuestas por parte del fallecido.

El Ministerio Público asegura que, el día de los hechos, el 10 de agosto de 2012, el constructor acusado “varió la trayectoria de su vehículo y arrolló por la espalda a la víctima sin que pudiese advertirlo ni hacer nada por evitarlo, y sabiendo que con ello le ocasionaría la muerte”.

La acusación particular, por su parte, también mantiene su petición de 24 años de cárcel por asesinato. Con todo, introduce una calificación alternativa que se podría aplicar en caso de no ser condenado por la primera.
Así, el letrado de la acusación considera que los hechos también podrían ser calificados de homicidio por imprudencia grave, lo que rebajaría la pena entre uno y cuatro años.

Tesis enfrentadas
Hoy, en lo que se presume que será la última jornada y tras la redacción del objeto de veredicto, los nueve miembros del tribunal jurado procederán a la deliberación y podrían emitir a lo largo del día su valoración sobre la culpabilidad o no de los cargos sobre los que se acusa a Maximino Caruncho.

Una decisión que tendrán que adoptar en base a casi diez días de testimonios y tesis periciales, algunas de ellas contradictorias entre sí.

Las conclusiones de los forenses no pudieron arrojar luz sobre la intencionalidad del suceso, ya que las heridas podrían encajar tanto con un atropello fortuíto como con uno intencionado, explicaron.

Son los análisis técnicos de los peritos los que, en este caso, podrían dar más mimbres al jurado para adoptar una decisión. La mayoría de expertos coincidieron en señalar que se trató de un accidente por las marcas de frenazo que dejó el vehículo, algo que coincidiría con la declaración del único testigo visual del fatal incidente.

La defensa solicita la libre absolución e insistió en que se trató de una “terrible casualidad” que la víctima fuese el enemigo del acusado. Además, se deprendió durante el juicio que la capacidad física de Maximino se pudo ver mermada esos días.

La acusación particular en el juicio por el atropello mortal de Cedeira cambia su calificación a una posible imprudencia

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