Sin lugar a la sorpresa

La distancia que separa al Villalonga y al Racing es un abismo y el equipo ferrolano se encargó de demostrarlo ayer. De hecho, no quiso dejar a la duda para lograr una victoria que lo mantiene en el liderato y le permite conservar la distancia que lo separa del Celta B, su principal perseguidor. La goleada conseguida iguala la mayor de los ferrolanos en lo que va de temporada y confirma que el cuadro verde no tiene ninguna gana de dejar escapar lo que tanto le ha costado conseguir.

Fue el Villalonga el que realizó el primer tiro entre los tres palos, pero enseguida el Racing se esmeró en mostrar que se encuentra a un nivel superior al de su rival, así que empezó a coleccionar llegadas a la portería contraria. Ya las primeras estuvieron a punto de traducirse en gol –un remate a bocajarro de Jorge Rodríguez que el meta Roberto Pazos despejó “in extremis” y un cabezazo en posición franca de Manu Barreiro tras una acción a balón parado que se marchó ligeramente desviado–, pero el equipo ferrolano no perdonó más. Así, un centro del delantero compostelano desde la línea de fondo fue directo a la cabeza de Jorge Rodríguez, en el segundo palo, que remachó sin oposición la pelota al fondo de las mallas.

La ventaja le dio al Racing la tranquilidad que buscaba –por momentos fue excesiva–, así que el Villalonga empezó a buscar la portería contraria a través de sus fórmulas habituales. Con la que más peligro creó fue con las jugadas a balón parado, puesto que varios lanzamientos consecutivos de Marc sembraron incertidumbre sobre la portería racinguista. Sin embargo, el partido se convirtió en una ida y vuelta continua y eso no le convenía a la escuadra local, porque su rival tenía más claridad a la hora de estar cerca de la meta. Fue lo que demostró cada vez que se presentó en el área contraria hasta que, en una de ellas, un balón suelto en el área local fue remachado por Pablo Rey para significar el segundo tanto racinguista y allanar más el camino.

SENTENCIA

La victoria que parecía encarrilada acabó de sentenciarse al poco de empezar la segunda parte, cuando el Racing consiguió el tercer tanto tras una cabalgada de Marcos Álvarez que sirvió en bandeja a Jorge Rodríguez, que acabó marcando a la segunda. Era lo que le faltaba al encuentro para perder la poca emoción que ya tenía, porque el cuadro verde llegaba casi cuando quería a los dominios del portero rival, mientras que el cuadro local apenas era capaz de llegar a los dominios de la portería racinguista.

Nada destacado, salvo el golazo de Chicho tras sorprender al meta anfitrión con un tiro desde treinta metros, trajeron los últimos minutos del encuentro. En ellos, con el resultado ya decidido, ambos contendientes se dedicaron a jugar lo mejor que pudieron sobre un terreno de juego que, con el paso de los minutos, se fue poniendo más impracticable, lo que no hizo más que confirmar la diferencia entre los dos.

Al final, incluso, dos penaltis –un por equipo– pudieron darle más contenido al marcador. El Racing marcó el suyo, no así el Villalonga, lo que hizo que la victoria fuese más amplia. Y es que, aunque ambos jueguen la misma competición, en realidad lo hacen en ligas muy diferentes.