El Racing divisa ya su objetivo

El Racing divisa ya 
su objetivo
Pablo Rey, autor del gol racinguista, lucha con un contrario por llevarse la pelota daniel alexandre



Lo importante ayer no era tanto el cómo como el qué. Así que la victoria que el Racing consiguió ante el Osasuna B significa que la permanencia está a la vuelta de la esquina. Sin embargo, el nivel desplegado en el partido confirma lo que ha sido una temporada con muchas más nubes que claros, un ejercicio en el que lo mejor es que está cerca de finalizar y, además, de la manera que quería después de unos meses repletos de cosas negativas.

La importancia que para ambos equipos tenía el partido hizo que priorizasen la seguridad defensiva a la búsqueda de la portería contraria. Así que durante muchos minutos los dos se dedicaron a tocar la pelota, pero sin tomar grandes riesgos, y buscando la meta contraria de una manera tibia. Así, el filial osasunista tenía más control de balón, pero no fue capaz de crear peligro real ante la meta contraria.

Recién traspasado el ecuador de la primera parte, el gol de Pablo Rey sacó al encuentro, pero sobre todo al Racing, del letargo en el que estaba. Fue tras una pared con Armental, que lo dejó solo delante del meta visitante para superarlo con una precisa vaselina. De hecho el tanto dio paso a la mejor versión del cuadro verde en esta primera mitad porque, aunque apenas fue capaz de generar ocasiones para marcar, sí tuvo el encuentro controlado ante un rival que bajó su nivel en esta fase del partido.

Atosigado
El paso por los vestuarios provocó que el Osasuna B aumentase su nivel, lo que unido a la falta de intensidad con la que el Racing pareció saltar el campo, hizo que el cuadro navarro llegase un par de veces a la meta contraria. Fue una fase del encuentro en la que al equipo ferrolano le costó tener la posesión de la pelota y, como al filial osasunista esta situación no le disgustaba, el control del partido fue del cuadro visitante.

Con más pena que gloria, el Racing terminó por superar esta fase para retomar una cierta seguridad dentro del terreno de juego. De hecho, las llegadas del Osasuna B pasaron a ser más esporádicas y, aunque su presencia en ataque fue casi inexistente, su presencia defensiva le llegó para mantener el resultado. Sin embargo, el tramo final del encuentro devolvió el sufrimiento a los aficionados que se dieron cita en el estadio de A Malata. Porque el Osasuna B rondó la portería local –envió un disparo al palo e hizo que Mackay tuviese que intervenir varias veces– y, aunque el partido estaba roto, no pudo sentenciar con otro tanto, sino que se quedó con uno solo.

El Racing divisa ya su objetivo

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