El Racing va de récord

Una goleada de récord para una temporada de récord. El Racing vapuleó al Rápido de Bouzas con una victoria que se inscribe entre las más destacadas del club ferrolano a lo largo de su historia. Pero es que, además, le permiten llegar a los 70 puntos a falta aún de diez jornadas para el final de la competición regular. Una cifra espectacular que podría hacerle ser el primero de los 361 equipos que compiten en Tercera en clasificarse para la promoción de ascenso y que elevan su renta sobre el Celta B, el único que, de lejos, le aguanta el ritmo, a doce puntos: el título es la otra meta que el cuadro verde tiene en mente.

El Rápido de Bouzas comprobó en poco más de diez minutos los riesgos de jugarle de tú a tú al Racing. El equipo vigués salió al campo con la intención de presionar cerca de la portería racinguista, es decir, dejando muchos metros a la espalda de su defensa. Y eso, teniendo en cuenta la velocidad de los exteriores racinguistas y la capacidad de sus centrocampistas para encontrar los espacios, conlleva el peligro que finalmente aconteció. Así pasó: un pase al espacio de Dani Rodríguez hacia la posición de un Jorge Rodríguez que resolvió con maestría y una internada de Marcos Álvarez por la banda derecha cuyo centro fue remachado por Pablo Rey encarrilaron de un modo evidente el resultado.

Con dos goles de renta y después de la superioridad mostrada en los primeros, el Racing se relajó. Pasó a jugar de forma más discontinua y su capacidad para llegar a la meta rival se limitó a golpes de calidad de cualquiera de sus jugadores de ataque –por ejemplo, un cabezado al poste de Jorge Rodríguez después de un centro desde la banda izquierda de Pablo Rey–. De todas formas, el Rápido de Bouzas no sacó todavía la bandera blanca, sino que siguió intentándolo con llegadas que, sin embargo, nunca finalizaron de manera correcta. Eso es lo que privó al cuadro vigués de conseguir algún gol que le devolviese unas opciones de puntuar que se esfumaron tras un fallo de su meta al filo del descanso que se resolvió con un penalti sobre Pablo Rey. Manu Barreiro lo convirtió y terminó de sentenciar el encuentro antes de descanso.

ADORMILADO

La diferencia en el marcador hizo que el partido se adormilase en la segunda parte, disputada a un ritmo mucho menor. Pero eso no impidió que el Racing, a poco que apretase el acelerador, crease situaciones de peligro. De esta forma llegó el cuarto gol, cuando un pase de Marcos Álvarez habilitó a Jorge Rodríguez para que este resolviese con tranquilidad ante el portero contrario. Y luego llegó el quinto, un reflejo de que el día ayer no estaba para el Rápido de Bouzas –que no modificó en ningún momento su manera de desplegarse sobre el terreno de juego–, puesto que el defensa Marcos introdujo en su portería un centro de Marcos Álvarez.

Los últimos compases del encuentro sirvieron para dar lustre a la exhibición racinguista, que convirtió cada llegada en gol casi cómo y cuándo le dio la gana. De esta forma, en poco más de diez minutos llegaron los últimos tres goles del partido: el sexto, en un centro de Héber Pena desde la línea de fondo que Iago Iglesias remachó dentro del área; el séptimo, con el mismo asistente, con un remate de tacón de Dani Rodríguez; y el octavo, después de un servicio de Chicho que Forte, desde la frontal, colocó en la escuadra. Ya era suficiente reflejo de que este Racing de récord tiene hambre con seguir batiendo registros para demostrar que desea ser un equipo cuyo recuerdo perdure por mucho tiempo... una vez que consigue el ascenso que tiene como único objetivo.