Una clasificación solvente

Una clasificación solvente
Los jugadores del equipo ferrolano celebran el gol conseguido ante la decepción de los del Cerceda | javier alborés

Misión cumplida... y por partida doble. El Racing saldó su primer enfrentamiento de pretemporada ante un rival de su misma categoría con dos buenas noticias. La primera, la clasificación para la final de la Copa Diputación, el torneo que protagoniza sus fases de puesta a punto. La segunda, que está más que preparado para hacer frente a un campeonato liguero de Segunda B que empieza en menos de una semana. Al menos, es lo que su rendimiento pareció confirmar en el campo de O Roxo, en donde el equipo ferrolano tuvo en todo momento bajo control el partido que lo enfrentó a un Cerceda bastante tibio.
El Racing aprovechó que el partido se jugaba en un terreno de juego en buen estado para mostrar las que quiere que sean sus señas de identidad durante el campeonato liguero. Así que jugar la pelota desde atrás y controlar la posesión fueron dos de sus premisas a las que ayudó la presencia en el centro del campo de tres “peloteros” como Gonzalo, Jacobo Trigo y Joseba Beitia. Incluso la unión de estos jugadores evitó que su oponente se acercase con peligro a la portería defendida por Mackay, así que el encuentro discurrió de una manera más o menos plácida para la escuadra verde.
Con el paso de los minutos, el dominio racinguista se fue traduciendo en ocasiones, que convitieron al portero Magu en el más destacado del cuadro local. Primero, cuando neutralizó el mano a mano de que dispuso Armental poco antes de que una acción combinativa se resolviese con el tiro de Maceira, después de asociarse con Mendi, que se coló en la portería visitante. El gol fue el reflejo de una superioridad que incluso pudo reflejarse más en el marcador tras un disparo de Gonzalo que fue desviado por el portero local. Pero el partido llegó al descanso con un triunfo parcial del Racing que indicaba lo que estaba pasando sobre el terreno de juego.

Control
La ventaja en el marcador permitió al Racing jugar la segunda parte con más tranquilidad. Con su contrincante prácticamente desaparecido, el equipo ferrolano prefirió controlar la pelota a buscar la portería rival y, de esta manera, el encuentro fue transcurriendo sin que apenas se registrasen ocasiones para marcar para ninguno de los dos equipos. Solamente un lanzamiento lejano de Pablo Rey se sumó a la cuenta de ocasiones para cualquiera de los dos equipos, mientras que Mackay pasó casi desapercibido en vista de las pocas llegadas que tuvo su adversario a lo largo del enfrentamiento.
Los cambios realizados por los dos equipos ayudaron a que esta tendencia se mantuviese, porque redujeron el ritmo del juego. En el bando racinguista, por ejemplo, la entrada de Fran Sota en el lugar de Mendi redobló la intención del equipo ferrolano de dominar la posesión de la pelota como forma de que su rival no le crease peligro. Así los minutos fueron pasando hasta llegar al término del encuentro que clasifica al cuadro verde para la final del torneo, en la que se jugará un título que demostrará que llega al arranque liguero en bastante buenas condiciones.

Una clasificación solvente

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