Bofetón navideño

Bofetón navideño
Marino Luanco - Racing Ferrol. (© Jorge Peteiro). Gozón, 21/12/2014. Futbol.

Como se suele decir, lo peor es la cara de tonto que se le quedó al Racing, que estaba a punto de lograr la victoria a por la que había ido a Luanco para llegar al parón navideño a dos puntos de las posiciones que dan paso a la fase de ascenso y a poco de llegar al final se encontró con un gol del colista Marino que le dejó sin ese premio. Fue el epílogo de lo que en realidad no fue un partido, sino una lucha entre dos equipos –el césped de Miramar no permitía ninguna otra cosa– en la que el cuadro verde se mostró muy superior a un adversario que confirmó por qué cierra la clasificación, pero que se aprovechó de un fallo –muy grave– de su oponente para llevarse un punto.

El estado del terreno de juego hizo que el partido se tuviese que jugar de una forma que al Racing no le conviene –más directa que combinada–, pero el cuadro verde asumió que para aprovechar la oportunidad que se le presentaba tenía que ponerse el mono de trabajo. Por eso, desde los primeros minutos sitió la portería contraria en busca del tanto que allanase su camino hacia el premio navideño de colocarse a dos puntos de las cuatro posiciones de cabeza. A punto estuvo de lograrlo a los cinco minutos a través de una colada de Pablo Rey por la izquierda que no encontró el remate de Joselu, pero la sensación que se desprendía del juego era que el equipo ferrolano tenía la situación controlada.
Con el paso de los minutos, el terreno de juego se iba poniendo cada vez más impracticable y el partido comenzó a tener más alternativas. Casi siempre era el Racing el que generaba un peligro más palpable –un disparo de Marcos Álvarez que paró el meta Rafa Ponzo y otro de Joselu desde dentro del área que se fue al lateral de la red fueron las opciones más destacadas–. El Marino, sin embargo, también empezó a dar señales de vida a través de acciones que, aunque no se tradujeron en ningún tiro a puerta, sí sembraron algo de incertidumbre en torno a la meta verde.
El caso es que el tanto seguía sin llegar y, en previsión de que las condiciones fuesen peores en la segunda mitad, el cuadro verde hizo un último acelerón antes del descanso en busca de adelantarse en el marcador. Casi lo consigue a través de un saque de esquina que Maceira, totalmente solo en el segundo palo, remató ligeramente desviado. O con un golpe franco desde la frontal del área que Pablo Rey ejecutó un poco por encima de la meta rival. Pero ninguna de esas opciones entró y el choque llegó al intermeio con todo por decidir para la segunda parte del mismo.

Ventaja
Los dos equipos comprobaron a la vuelta del descanso que el partido cada vez era más impredecible –incluso era complicado estar de pie–, así que al Racing le pareció una bendición adelantarse en el marcador al poco de empezar la segunda parte. Fue gracias a una jugada que Joselu inició en el campo rival y que él mismo finalizó cuando la pelota le llegó franca dentro del área tras una serie de rechaces. Lo más difícil estaba conseguido, pero al cuadro verde aún le faltaban cerca de cuarenta minutos para asegurar lo que había venido a buscar.
En esta situación, el Racing apostó por pertrecharse en defensa con la entrada de Antonio para reforzar el centro del campo e intentar que el juego directo de la escuadra asturiana no le crease demasiados apuros. Y, aunque el Marino se presentó en algunas ocasiones cerca de la portería racinguista –cierto es que apenas con peligro–, lo mínimo de la diferencia hacía que la incertidumbre por saber si la victoria se iba a ir a Ferrol se mantuviese hasta el pitido final del colegiado.
El Racing, de todas maneras, se presentó al tramo final del encuentro con una sensación de comodidad que no hacía esperar que el Marino, en su única ocasión, encontrase el gol. Fue tras una arrancada de Torres por la izquierda, que se benefició del resbalón de Víctor Vázquez y la pasividad de otros rivales para plantarse delante de la meta de Mackay y batirlo por bajo. Quedaban cinco minutos para el final del encuentro y el cuadro verde se lanzó a la desesperada a por la victoria. Tuvo ocasiones para rescatarla, como una falta botada por Pablo Rey o un cabezazo de Antonio, pero el marcador ya no se movió y el Racing, por eso, llega al parón navideño con un disgusto con el que no contaba.

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