VALDOVIÑO-En el CPI Atios, las “mates” se degustan

Nunca una lección de matemáticas resultó tan apetecible como la que ayer se “degustó” en el CPI Atios de Valdoviño. Los 40 alumnos de 4º de Primaria del centro, coordinados por la profesora Laura Fernández celebraron el taller “Mates Chef”, una iniciativa de matemáticas aplicadas a la cocina, concretamente a dos recetas: pizza y ensalada. Y es que los escolares no solo tuvieron que desafiar el paladar del jurado, sino también demostrar lo aprendido durante todo el curso para elaborar dos platos con límite presupuestario, de peso y de ingredientes. El resultado de 10. “Todo estaba riquísimo, los niños y los padres se lo pasaron estupendamente. Es una experiencia para repetir”, señalaba ayer la responsable del proyecto.  
La iniciativa trasciende este taller. “Se trata de que los niños aprendan investigando y así lo hemos hecho a lo largo del curso”, explicaba Laura Fernández. Sin libros de texto pero con la motivación bien alta, en el CPI Atios las matemáticas se han aprendido este año  con el trivial, las yincanas o la música y a partir del trabajo en equipo.
“El aprendizaje cooperativo es un proyecto en el que el centro lleva dos años implicado. Evitamos la metodología que se centra en fomentar la competitividad del alumno”, indicaba ayer la profesora. La misma filosofía que rigió ayer el certamen “Mates Chef” en el que el jurado valoró los criterios matemáticos aplicados a cada receta, pero también la originalidad de las mismas, los nombres de las elaboraciones y también su sabor.
Los alumnos del CPI Atios volverán a tener una cita con las matemáticas aplicadas el próximo mes de junio con una yincana de códigos QR. Los mismos equipos que ayer se vieron las caras en los “fogones”, tendrán que poner a prueba su pericia a la hora de interpretar un mapa y resolver pruebas y adivinanzas matemáticas para lograr las fichas de un Tangram con el que diseñar originales figuras que finalmente se someterán al juicio del resto del alumnado del centro. Una original lección que demuestra una vez más que el aprendizaje no está reñido con la diversión.