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viernes | 19 abril | 2024
“Non lle sabía ben á miña muller”. Esta fue la primera advertencia que llevó a Juan Amado Suárez a analizar el agua de su pozo situado a escasos metros del Monte dos Nenos.
El resultado de la analítica vino a confirmar que no era solo cuestión del gusto; que el agua, hasta entonces utilizada para el consumo, había perdido tal condición. Desde el mes de diciembre, el pozo de Juan Amado había permanecido cerrado hasta el día de ayer, en el que un grupo de técnicos de la empresa contratada por el Concello de Narón recogió las muestras que confirmarán o, por el contrario, descartarán que los residuos industriales que desde agosto están esparcidos por el Monte dos Nenos han tenido algo que ver con la posible contaminación de los manantiales.
Dos pozos más situados en el parque rural de Aldea Nova y dos muestras recogidas en otras tantas propiedades situadas en la zona completaron la jornada de trabajo desarrollada por los expertos en la mañana de ayer. Un grupo de vecinos del Grupo de Traballo de Sedes acompañó a los técnicos en su recorrido por la zona. Algunos de ellos también se habían manifestado el pasado martes en Ferrol para solicitar la retirada de los lodos contaminados.
Y esta situación es la que puede comenzar a materializarse a lo largo de jornada de hoy y responde al requerimiento que, en dicho sentido, hizo ayer la Xunta a la empresa responsable del vertido, Xilo Galicia.
Desde la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas se asegura que la retirada de los lodos requiere de la explícita autorización del Concello de Narón, de ahí que la tramitación del permiso pueda alargar la espera. De no ser así, la limpieza del Monte dos Nenos podría dar comienzo hoy mismo.
Esta medida se completa con la realización de un tercer análisis, a fin de encontrar explicaciones a las diferencias que saltan a la vista entre el informe financiado por el Concello y el realizado por los técnicos de la Consellería. De este último destaca un exagerado volumen de nitratos. Al margen de este resultado cabe añadir la presencia de metales pesados, como pueden ser el zinc y el cromo, en el caso del estudio financiado con cargo a las arcas municipales.
Desde la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestrutura se destaca que las decisiones ahora adoptadas responden a la necesidad de establecer medidas cautelares para tratar de avanzar en el conocimiento y la restauración de un suelo que desde el pasado mes de agosto permanece oculto bajo un total de 2.500 toneladas de material procedente de indeterminada actividad industrial.
